TANTO RUIDO

¿Qué efecto nuevo inventar?
Si ya los sonidos
a veces son silencio
y al silencio no le cuesta
ser ruido.


Voces de aquí, de allá.
Ecos mutilados,
vacíos secos y
risas repugnates,
crimen, mi crimen absoluto,
sólo aplasta las cuerdas
que le hacen hablar.
BASTA


Agudos que tocan mi puerta,
se hacen graves cuando la abro
y soy feliz,
feliz de desgarrarle.
SILENCIO.
Porquerías,
sonajeros sin sentido,
con luces rosadas,
patéticas psicofonías
no llegan a ser oración.
Podridas señales
audibles e inaudibles.
Yo no quiero casarme
con un anillo en mi dedo
y un pito en la limosina.
Ni ser siquiera una caja
bruta de resonancia.
Un estúpido grito,
un desenfoque sin freno.
Un acorde ciego,
pendulando en la brújula
de un torpe lazarillo.
Desecho, cáscara de la
armonía, ¡CALLA!

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