Uno no se encuentra con ciertos libros en ciertas épocas por absoluta casualidad, se llega a ellos presintiéndolos, casi invocándolos aun cuando no se sepa su nombre, aun cuando no se sepa cómo será el tropiezo. En ese momento uno establece una relación con él como si fuera un cuerpo a dinamitar, una extraña fusión, caleidoscópica, silvestre, brutal...